jueves, 29 de octubre de 2015

Esperando la lluvia de macridólares


Unos pibes se pusieron con lo de "gana Macri y llueven dólares", así que me dieron ganas de escribir sobre eso. Hasta levanté el teléfono para preguntar. En pocas palabras: algo puede haber, pero no sería inmediato. La cosa es así: para que "lluevan dólares", Macri primero debería arreglar con los holdouts. Para eso necesita cerrar dos negocietas importantes: con los jóldau, por un lado, y con el rubro "otros", que son unos diputados provinciales cuyo voto requeriría en el Congreso. Let's see:

Por el lado del ave rapaz de cerca de dos metros de envergadura, con el cuello desnudo, rodeado de un collar de plumas, lo que tendrían que hacer un Frigerio y/o un Prat-Gay como ministros es endorsarles un bono de 10.000 millones de dólares. Eso tiene sus complejidades porque primero hay que ponerse a diseñar semejante título, y después vendría la parte de enchufarlo - no sencillo, ya que esa suma sería reconocer sólo parte de lo que piden y los tipos inicialmente van a decir no y todo eso.

Para acordar con las vulturas, el Congreso tiene que levantar la "ley cerrojo" que impide ofrecer mejores términos a los tenedores de bonos que no hayan entrado a las reestructuraciones de deuda de la década pasada. Cambiemos tiene 93 diputados. Los de Massa, que presumiblemente apoyarían la suspensión del cerrojo, son 30. En total suman 123, es decir, les faltan 6 para el quórum. Ahí es que la Casa Rosada tendría que buscar a los provinciales, lo cual siempre implica manijeo.

Hablé con un economista y me dijo que una devaluación podría recomponer las reservas del BCRA antes de que pase todo eso, reduciendo la presión para negociar con los acreedores de los bonos defaulteados en 2001. También dijo algo de organismos de crédito multilaterales tapando el agujero, pero ahí ya me pareció que medio estaba tirando la pelota a cualquier lado, porque el Banco Mundial y el BID están a tope de exposición en Argentina y con el FMI, cero.

También es cierto que un arreglo podría precipitarse si Macri obtiene un triunfo amplio en la segunda vuelta, dándole envión para cerrar rápido con los holdouts y haciendo que incluso algunos del centenar de diputados kichneristas del Congreso se pasen al otro bando y apoyen la reapertura del cerrojo - en lo cual el FpV tiene experiencia porque ellos fueron los que lo hicieron estos últimos años. Este escenario sería como un "mini-Plan Brady", allanando el camino a un mininoventismo.

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