sábado, 25 de septiembre de 2021

De dónde saldrán lodólare

 


Mural en la iglesia de Litslena, Uppland, Suecia. El diablo está tentando a una persona mientras un ángel trata de impedir que robe del cofre de la parroquia. Siglo XV. Fotógrafo desconocido. Bajado de Internet. Con esta imagen vuelvo a bloguear para preguntar: ¿De dónde van a salir lodólare cuando reviente el "modelo económico" argentino presente (si se puede llamar "modelo" de algo a esto)?

La última vez que entró algún dólar privado fue en el gobierno de Macri, primero cuando arreglaron con los "holdouts" y después con el blanqueo, que resultó bastante bueno. Desde entonces, Argentina no solo dejó de recibir divisas privadas voluntariamente, sino que las está expulsando con ganas, y más todavía con este gobierno del peronismo. Obviamente considerando el crédito del FMI como una entrada no privada y poco voluntaria.

Siempre que explota un esquema macroeconómico en este país y es reemplazado por otro más consistente, además de resetearse todas las variables que estaban distorsionadas (tipo de cambio, etc.) se genera algún blanqueo que refuerza la modificación de régimen (que normalmente anda bien solo los primeros dos años y después se desencaja de nuevo, pero eso es para otro posteo).

El problema es que ahora Argentina ya parece haber agotado por completo la opción de un blanqueo tal como lo conocemos: un esquema aceptado tanto por los ahorristas como por los organismos internacionales que tienen que dar su aprobación para que la "tax amnesty" en cuestión no sea trucha y deje al país todavía más aislado. Supuestamente, el de Macri era el último ultimísimo. Al que entró, después le cambiaron las reglas.

La seguridad jurídica se fue arruinando durante décadas en Argentina y hoy está al borde. Se normalizó que el gobierno directamente hable de "sacarle a los ricos" y suba impuestos a la clase media por decreto simplemente porque los caudillos peronistas no tienen mejor idea. Revisar colchones en casas no lo van a hacer, pero a no sorprenderse si surgen ideas disruptivas sobre cómo acceder a los 300.000 millones de USD fuera del sistema.





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