Las economías latinoamericanas se encuentran en declive o incluso en recesión. México, Chile y Colombia crecerían solo apenas algo más que 2 por ciento este año, por debajo de lo que se esperaba hasta hace poco, mientras que las estimaciones para la recesión que afecta a Brasil empeoran cada vez más y se proyectan en el horizonte. Venezuela se hunde y en realidad el único que se destaca es Perú. Argentina es un caso aparte.
Este panorama desfavorable se debe a diferentes cuestiones. Algunas alcanzan a todos los países en desarrollo, como el impacto de los planes de ajuste monetario de la Reserva Federal de Estados Unidos, que atraen capitales hacia allá en detrimento de los mercados y economías emergentes y sus materias primas de exportación. Otras son viejos problemas de la región, como un crecimiento de la productividad relativamente bajo.
Después, hay situaciones más particulares de cada nación. Quizá la más impactante es el escándalo de corrupción de la petrolera estatal Petrobras en Brasil, de tal magnitud que se está sintiendo en toda la economía del país, la mayor de América Latina. A este contexto general se suma una preocupación adicional: el oscurecimiento de las expectativas debido a la falta de acuerdo sobre las causas de las dificultades y cómo abordarlas.
Las posturas oscilan básicamente entre dos extremos: la onda "Consenso de Washington", por un lado, y el "Consenso de las Materias Primas" -al que yo en chiste llamo "Consenso de Carrefour"- por el otro. Los primeros dicen que Latinoamérica tiene que abrir todavía más su economía y hacerse más amiga de los mercados financieros. Los otros, por el contrario, creen que el Estado tiene que aumentar su intervención.
Mientras esas visiones, y sus aplicaciones prácticas, colisionan en una región con urgencias básicas como la pobreza y la inseguridad, la economía latinoamericana sigue retrocediendo. Posiblemente la solución pase por una normalización gradual desde los extremos, apuntando a un aumento de la productividad y del ahorro a través de la innovación ¿Cómo se hace eso?
Imagen: es un mapa del Civilization IV que saqué de Internet. Ah, lo del "Consenso de Carrefour" otro día lo explico.
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